Fausto Armenta cuando estaba en el hospital. Suministrada
Zaira Cortés/EDLP

Nueva York – El inmigrante mexicano Fausto Armenta no pudo recuperarse de una golpiza que recibió la madrugada del 30 de mayo y esta mañana fue desconectado del respirador que lo mantenía con vida. Se informó que sus órganos serán donados. La familia tomó la difícil decisión después de que el cuerpo médico del Hospital Elmhurst les diera “pocas esperanzas”, según su declaración.

La familia del joven Armenta, de 20 años, denunció que médicos del Hospital Elmhurst los presionaron para que el joven fuera desconectado del respirador artificial y sus órganos fueran donados. Sin embargo, la Corporación de Salud y Hospitales de la Ciudad de Nueva York (HHC, por sus siglas en inglés) negó la acusación.
Familiares cercanos del mexicano declararon a un medio de comunicación local que el Hospital Elmhurst los persuadió constantemente para que los órganos de Armenta se dieran en donación.
Berta Rojas, tía de la víctima y quien estuvo al cuidado de Armenta desde el día de la golpiza, dijo que “los médicos nos dijeron que ya no había nada que hacer y que era mejor desconectarlo. Nos dijeron que donáramos los órganos. Siempre estuvieron presionando”.
Pero, el HHC negó la acusación y explicó que ninguno de sus hospitales tiene la autoridad para solicitar a la familia la donación de órganos.
La institución aclaró que en caso de muerte cerebral, es responsabilidad del hospital llamar a la Red de Donantes y Tejidos de la Ciudad de Nueva York (NYODN, por sus siglas en inglés) para que tome el caso.
Julia E. Rivera, directora de comunicaciones de NYODN, dijo que de acuerdo a la política de cada hospital, es necesario que uno o dos neurólogos confirmen la muerte cerebral. Posteriormente, se determina si el paciente es un candidato potencial para la donación de órganos, por lo que se deberá revisar su historial médico y condición de salud.
“El NYODN habla con la familia sobre la posibilidad de una donación de órganos y tejidos, pero ellos son quienes toman la decisión final. Nuestra institución trata de brindarles el mejor trato, especialmente en este caso ya que el joven murió a una edad muy temprana”.
Juan Armenta, hermano de la víctima, manifestó que sus padres tomaron la difícil decisión de desconectar a Fausto del respirador artificial “porque no había nada que hacer para evitar su sufrimiento”, pero insistió en que la familia fue presionada para que los órganos del joven fueran donados.
“Él vivirá en otras personas y seguirá entre nosotros. Pasó sus últimos días muy triste. Encerrado en su cuarto, escuchando música romántica y llorando. Fue mi error no preguntarle que le pasaba”, confesó.
Armenta indicó que su hermano siempre fue “bondadoso y muy buena gente”. Después de un profundo suspiro y un largo silencio, reclamó: “Quiero saber quien le hizo esto. Sólo eso pido para que mi alma este en paz”.
El joven de 23 años dijo que el martes en la noche la “toda la familia unida” decidió darle “descanso” a Fausto Armenta.
El velatorio se realizará este viernes de 6 de la tarde a 9 de la noche en la Funeraria Rivera en Corona, Queens.
Los padres de Fausto Armenta regresarán a México el próximo sábado.