Monday, September 13, 2010




  • A la izquierda, en orden descendente, el segundo teniente Mártires Pérez Díaz, el cabo José Arturo Ogando Ramírez y el cabo Roberto Otaño Medina, quienes fueron acribillados por delincuentes cerca del cementerio Cristo Redentor. A la derecha, familiares de los agentes expresan su dolor, en Patología Forense, por las muertes a tiros de sus parientes.
Ramón Cruz Benzán
ramon.benzan@listindiario.com
Santo Domingo
Tres agentes de la Policía fueron asesinados y otro resultó herido a manos de presuntos delincuentes, quienes previo a este hecho habrían herido y asaltado a un vigilante privado, al que despojaron de un revólver. El hecho ocurrió en la avenida Monumental, a pocos metros del destacamento de Los Girasoles y del Cementerio Cristo Redentor.
Los agentes muertos fueron el primer teniente Mártires Pérez Díaz y los cabos Roberto Otaño Medina y José Arturo Ogando Ramírez, quienes fallecieron a causa de heridas de bala en distintas partes del cuerpo.
Todos eran nativos de Las Matas de Farfán. Mientras que el herido es el sargento mayor Alejandro Alcántara Mateo, quien permanece interno en el Hospital General de la Policía.
En torno al hecho fue apresado dentro de una bóveda del Cementerio Cristo Redentor, Janeiro Luis Monción Núñez, quien se escondió en el lugar para tratar de evadir la persecución policial y tras su detención procedió a identificar a Franklin de la Cruz Martínez (Momolo) y los tales Chepe, Alexis y Manauris, como supuestos autores del crimen.
El teniente Pérez Díaz, que tenía cuatro meses de servicio en el destacamento de Los Girasoles, es velado en la casa número 26 del kilometro 18, en el barrio Nuevo Amanecer.
Dejó un niño de tres años en la orfandad. Mientras el cabo Ogando Ramírez, que tenía cinco años de servicio en ese destacamento, fue llevado a su tierra natal de Las Matas de Farfán, donde hoy será sepultado.
Mientras que Otaño Medina es velado en la calle Canaán número Dos, del sector Punta, en Villa Mella.
Investigación
El jefe de la Policía, mayor general José Armando Polanco Gómez, tras ser cuestionado en torno al asesinato de los agentes, dijo que se está llevando a cabo una investigación detallada de los hechos.
Polanco Gómez, quien se presentó a la escena del crimen junto a oficiales de investigaciones criminales, de inteligencia delictiva y de la policía preventiva, aseguró que la sociedad dominicana tendrá detalles de lo que ocurrió y quiénes cometieron el hecho. “Todo está en un proceso investigativo, y las pesquisas avanzan”.
“Son conflictos sociales y la Policía está tomando medidas para reducir esos eventos delincuenciales y criminales. Y los vamos a resolver respetando los derechos humanos”, enfatizó el jefe policial.
Seguimiento Los agentes que resultaron muertos daban seguimiento a un llamado de alerta sobre el supuesto asalto de que habría sido objeto un vigilante, al que ocasionaron heridas y despojaron de un revólver.
Ante este llamado, todas las patrullas de servicio en la zona se activaron en busca de los responsables de la acción criminal, pero los agentes que luego cayeron abatidos y el que resultó herido, fueron emboscados.
En la escena del crimen fueron recolectados nueve cartuchos disparados por escopeta calibre 12, 18 casquillos calibre 9 milímetros y uno de revólver, así como dos proyectiles mutilados y una cápsula calibre nueve milímetros.
También se recolectó una mochila, un par de tenis color blanco, ropa de vestir y el revólver del que habría sido despojado el vigilante Jaime Aquino de Jesús, de la compañía (Seprisa), a quien asaltaron e hirieron en la envasadora Duro-Gas, ubicada en la calle Pegaro, del sector Pantoja.
El revólver ocupado es un Taurus, número NF964693.
Mientras que en la escena donde resultó herido el vigilante privado, los técnicos de la Policía Científica recolectaron 16 casquillos calibre 9 milímetros, un casquillo de revólver y tres cartuchos disparados calibre 12.
La Policía exhortó a los prófugos a entregarse por ante las autoridades correspondientes, por la vía que consideren más expedita, para evitar derramamiento de sangre, y aseguró que estos andan fuertemente armados de pistolas y escopetas.
Bandas de delincuentes Pedro Santana Pérez, residente en Los Girasoles, narró que alrededor de las cuatro de la mañana escuchó una balacera como de armas largas y denunció que en esa barriada operan bandas de delincuentes y que muchos jóvenes están fuertemente armados. A su juicio, el cuerpo del orden no cuenta con el personal, las herramientas y equipos para enfrentar a esas bandas y calificó de alarmante la ola de delincuencia en la zona.
Al lugar del hecho se presentaron miembros de equipo Swat de la Policía, quienes de inmediato iniciaron los operativos de búsqueda a fin de dar con los responsables del triple asesinato.
Vecinos del lugar se quejaron de la poca presencia policial, tras indicar que en horas de la madrugada los asaltantes pasan de Pantoja a Los Girasoles por la avenida Monumental.
Los miembros del equipo Swat de la Policía y del equipo Lince, mediante operativos recorrieron los sectores de Pantoja, Manoguayabo, Los Girasoles y el Batey Los Parmolejos, en busca de los responsables de los crímenes.
En uno de los operativos seis jóvenes fueron arrestados y conducidos al departamento de Crímenes y Delitos contra la Persona (Homicidio) de la Policía, para fines de investigación.
FAMILIARES DE AGENTES CLAMAN POR JUSTICIA
De su lado, Juanita Otaño D,Oelo, hermana de Otaño Medina dijo que su hermano fue asesinado mientras se encontraba protegiendo a la ciudadanía, por lo que pidió que se haga justicia en el presente caso y que los responsables sean condenados al máximo de la penas.
“Yo no sé porque me lo mataron como si fuera un perro, yo quiero justicia y cuando lo apresen que lo maten también para que vean que la cosa no es fácil”, expresó entre llanto en momento en que esperaba que el Instituto Nacional de Patología Forense le hiciera entrega del cadáver.
En tanto que Josefina Ogando, hermana de Ogando Ramírez, pidió a la policía dar con los responsables de su muerte y traducirlos a la acción de la justicia, para que paguen por los hechos que se le imputan.
Dijo que su hermano era un joven sano que no se metía con nadie y alegre, un policía trabajador, quien era entregado a su trabajo. “No fue robando que lo mataron, fue en el desempeño de sus funciones”.
De su lado, la capitana María Elena Dechamp explicó que los agentes no tuvieron tiempo de repeler la agresión ya que murieron con sus armas puestas.
Los agentes murieron en el cumplimiento de su deber, eran responsables. No se explica cómo ocurrió la tragedia, adujo.
Dijo que la institución lamenta el hecho y se quejó de que si hubiesen sido los policías que matan a esos delincuentes ya estarían siendo investigados.
La oficial advirtió además, que los policías son más que los delincuentes razón por la cual no se darán por vencido en su lucha contra la delincuencia.

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