Siempre son los mismos los que están nominados al Grammy Latino. Es un selecto grupo de artistas privilegiados que pertenecen "a la rosca", como dicen en Colombia, y que consiguen a través de sus discográficas estar siempre ahí, en la lista de los mejores, según la Academia de la Música.
Para algunos los Grammy son un negocio en el que siempre los más poderosos del disco meten sus garras con el fin de situar a cantantes que no quieren perder por nada del mundo la gallina de los huevos de oro.
Sobre este hecho, uno de los que puso el dedo en la llaga fue Fher. El cantante de la banda Maná acusó a Emilio Estefan de manipular estos galardones a su favor. El poder que este cubano-americano tiene en los Grammy ha llevado a la revista Time a calificarlo de “el padrino” de la música pop latina.
Y es que la idea de que los Grammy Latinos se llevaran a cabo surgió de la cabeza de este "rey midas". Por eso muchos lo han catalogado de manipulador y de favorecer a cantantes que una vez pertenecieron a su factoría como Jon Secada, Israel "Cachao" López, Alejandro Fernández, Thalía, Albita, Carlos Ponce, Shakira, Ana Gabriel, Soledad, Jennifer Lopez y Ricky Martin
Así mismo, el imperio Estefan, estimado por Time en 200 millones de dólares, también tiene sus tentáculos en la multinacional Sony Music, discográfica en la que Emilio es una pieza importante.
A través de ella el empresario dirige y controla todo lo que pasa en Miami. Él más que nadie sabe que el éxito de un artista se construye con reconocimientos, con logros y ese es el caso de Juanes, Shakira, Alejandro Sanz, Nelly Furtado, Juan Luis Guerra, Calle 13 y Alejandro Fernández, entre otros, que pertenecen a este elitista club en el que pocos pueden entrar y al que los que están abajo aspiran con un deseo casi enfermizo.
MUCHO DINERO
Para nadie es un secreto que estos premios son una lluvia de dinero. El solo derecho de transmisión para televisión de la gala supera los 20 millones de dólares y presentar un premio o una canción ya es el colofón a una carrera hacia la cúspide.
Ejemplo de ello es lo que está ocurriendo con el bachatero Prince Royce, quien con un primer disco se ha situado en la lista de los que alcanzan por fin ese sueño de los Grammy. Gracias a su discográfica Top Music, que comanda el productor Sergio George, el joven intérprete ha entrado en esta élite y su sola nominación ha producido que sus discos se vendan como rosquillas.
Lo más increíble de esta historia es que el Grupo Aventura, que sacó al mercado el disco más exitoso de su carrera, el más vendido en los Estados Unidos y América Latina, el de mayor pegada internacional fue descartado por los poderosos del Latin Grammy.
Los que conocen de este universo enmarañado quedaron de piedra cuando no vieron a los bachateros en ninguna de las listas que conforman estos galardones.
Romeo, su líder, se pregunta hoy día por qué lo dejaron marginado. Ante este interrogante que se hacen muchos hay que decir que Premium Latin, la discográfica de Aventura, no tiene en Miami la misma fuerza que Sergio George, amigo personal de Emilio Estefan, para girar la balanza a su favor.
El empresario musical ya mostró su poder con situar el año pasado a otro artista en su vitrina de éxitos: Luis Enrique. El salsero, que estaba alejado del panorama musical, ganó un Grammy con su canción, ‘Yo no sé mañana’ y, a partir de ahí, su apagada carrera empezó a brillar con luz propia, hasta el punto que el salsero ya está entre los grandes; ¿y gracias a quién?: a Sergio George.
Volviendo al tema de Aventura, los reyes de la bachata moderna han lanzado manifestaciones de disgusto -"por este desprecio a su talento"- a través de sus redes sociales. Su manager, Johnny Marines, a los pocos minutos de conocer a los escogidos, declaró en Twitter que no tenerlos en cuenta era algo personal contra la banda. También escribió: "No sé si es posible tener más éxito en nuestro género. Pero seguiremos luchando".
Sin embargo, y ya cuando al parecer se le bajó el mal humor, Marines decidió borrar sus mensajes de Twitter, aunque ya habían sido leídos y registrados en las cuentas de sus seguidores.
El promotor se dio cuenta que con este monstruo de la música es mejor no pelear, porque el que más pierde es su banda. Y es cierto, los Grammys Latinos son una demoledora máquina capaz de devorar a cualquiera y si te enfrentas a ellos nunca podrás entrar en esta difícil y dura rosca.
Para algunos los Grammy son un negocio en el que siempre los más poderosos del disco meten sus garras con el fin de situar a cantantes que no quieren perder por nada del mundo la gallina de los huevos de oro.
Sobre este hecho, uno de los que puso el dedo en la llaga fue Fher. El cantante de la banda Maná acusó a Emilio Estefan de manipular estos galardones a su favor. El poder que este cubano-americano tiene en los Grammy ha llevado a la revista Time a calificarlo de “el padrino” de la música pop latina.
Y es que la idea de que los Grammy Latinos se llevaran a cabo surgió de la cabeza de este "rey midas". Por eso muchos lo han catalogado de manipulador y de favorecer a cantantes que una vez pertenecieron a su factoría como Jon Secada, Israel "Cachao" López, Alejandro Fernández, Thalía, Albita, Carlos Ponce, Shakira, Ana Gabriel, Soledad, Jennifer Lopez y Ricky Martin
Así mismo, el imperio Estefan, estimado por Time en 200 millones de dólares, también tiene sus tentáculos en la multinacional Sony Music, discográfica en la que Emilio es una pieza importante.
A través de ella el empresario dirige y controla todo lo que pasa en Miami. Él más que nadie sabe que el éxito de un artista se construye con reconocimientos, con logros y ese es el caso de Juanes, Shakira, Alejandro Sanz, Nelly Furtado, Juan Luis Guerra, Calle 13 y Alejandro Fernández, entre otros, que pertenecen a este elitista club en el que pocos pueden entrar y al que los que están abajo aspiran con un deseo casi enfermizo.
MUCHO DINERO
Para nadie es un secreto que estos premios son una lluvia de dinero. El solo derecho de transmisión para televisión de la gala supera los 20 millones de dólares y presentar un premio o una canción ya es el colofón a una carrera hacia la cúspide.
Ejemplo de ello es lo que está ocurriendo con el bachatero Prince Royce, quien con un primer disco se ha situado en la lista de los que alcanzan por fin ese sueño de los Grammy. Gracias a su discográfica Top Music, que comanda el productor Sergio George, el joven intérprete ha entrado en esta élite y su sola nominación ha producido que sus discos se vendan como rosquillas.
Lo más increíble de esta historia es que el Grupo Aventura, que sacó al mercado el disco más exitoso de su carrera, el más vendido en los Estados Unidos y América Latina, el de mayor pegada internacional fue descartado por los poderosos del Latin Grammy.
Los que conocen de este universo enmarañado quedaron de piedra cuando no vieron a los bachateros en ninguna de las listas que conforman estos galardones.
Romeo, su líder, se pregunta hoy día por qué lo dejaron marginado. Ante este interrogante que se hacen muchos hay que decir que Premium Latin, la discográfica de Aventura, no tiene en Miami la misma fuerza que Sergio George, amigo personal de Emilio Estefan, para girar la balanza a su favor.
El empresario musical ya mostró su poder con situar el año pasado a otro artista en su vitrina de éxitos: Luis Enrique. El salsero, que estaba alejado del panorama musical, ganó un Grammy con su canción, ‘Yo no sé mañana’ y, a partir de ahí, su apagada carrera empezó a brillar con luz propia, hasta el punto que el salsero ya está entre los grandes; ¿y gracias a quién?: a Sergio George.
Volviendo al tema de Aventura, los reyes de la bachata moderna han lanzado manifestaciones de disgusto -"por este desprecio a su talento"- a través de sus redes sociales. Su manager, Johnny Marines, a los pocos minutos de conocer a los escogidos, declaró en Twitter que no tenerlos en cuenta era algo personal contra la banda. También escribió: "No sé si es posible tener más éxito en nuestro género. Pero seguiremos luchando".
Sin embargo, y ya cuando al parecer se le bajó el mal humor, Marines decidió borrar sus mensajes de Twitter, aunque ya habían sido leídos y registrados en las cuentas de sus seguidores.
El promotor se dio cuenta que con este monstruo de la música es mejor no pelear, porque el que más pierde es su banda. Y es cierto, los Grammys Latinos son una demoledora máquina capaz de devorar a cualquiera y si te enfrentas a ellos nunca podrás entrar en esta difícil y dura rosca.
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