Thursday, October 28, 2010


NUEVA YORK._ José García, un ex narcotraficante dominicano que en 1991 fue acusado por el asesinato de un narco rival estando en la República Dominicana, por lo que estuvo 15 años en la cárcel siendo inocente, recibirá 7.5 millones de dólares del Estado y la ciudad en compensación por daños punitivos.

García, fue encausado en ausencia (contumacia) por la muerte de César Vázquez ocurrida el 16 de julio de 1991 cuando tres sujetos enmascarados que emboscaron a la víctima y lo ultimaron a balazos en una calle de El Bronx.

García, fue acusado por un  testigo falso manipulado por los fiscales, quien declaró en la corte que su compatriota, fue quien disparó contra Vázquez. La Fiscalía ni el jurado quisieron investigar para verificar que realmente el entonces acusado se encontraba en la República Dominicana en el momento del crimen.

Pertenecía a la misma banda de narcotraficantes de Vázquez, fue acusado y condenado en 1993 a 19 años. El dominicano que desde el primer día mantuvo su inocencia entregó su caso al ex fiscal federal Martin Klotz, quien logró reabrir las investigaciones y una revisión de la sentencia, aportando nuevas evidencias que favorecieron a García.

En el 2007, el juez federal Lewis Kaplan dictaminó que García debía ser juzgado de nuevo o liberado, pero los fiscales de El Bronx se negaron a que se hiciera una nueva causa.

“No era un hombre perfecto, era un chivo expiatorio perfecto”, dijo el abogado Nick Brustin que está representó a García en la demanda contra la ciudad.

El jurista añadió que contaban con todas las pruebas de que uno de los detectives que procesó al dominicano, amenazó a un narcotraficante para que declarara como “testigo” y además, falsificó una identificación. García, fue deportado a la República Dominicana en 1999 debido a un arresto anterior por drogas.

El Departamento Legal de la ciudad se tranzó el martes cuando Brustin y su colega Alina Cornwall, estaban a punto de seleccionar el jurado para un nuevo juicio en la Corte Federal del Distrito Sur en Manhattan.

Por MIGUEL CRUZ TEJADA

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